¿Tienes problemas en tu vida? Piensa como un mecánico

Filosofía y mecánica
La mecánica de la motocicleta es como la vida misma. Cuando todo va bien simplemente disfrutamos de ella sin preocupaciones, y cuando surge algún problema nuestra tendencia natural nos lleva a solucionarlo de la manera más inmediata, para volver a obtener de nuevo las condiciones de funcionamiento y disfrute cuanto antes. Pero no siempre esta reparación rápida es la mejor solución y de ello voy a hablar en este artículo.

Un ejemplo práctico, la fábula de las varillas de empujadores
Érase una vez, en un concesionario de motos en USA, un feliz cliente que estrenaba su nueva máquina. El servicio técnico la había preparado para su entrega, revisándola, ajustándola y rodando unos 8 km con ella. Por su parte el equipo de ventas la había limpiado a conciencia y le explicaba al cliente el funcionamiento básico de su nuevo modelo.
Apenas 2 horas después de marcharse el cliente vuelve al taller, frustrado y con el lateral de la motocicleta lleno de aceite.

Mientras en el departamento de ventas intentan calmar al cliente diciéndole que estas cosas pueden suceder en una moto nueva, en el taller empiezan a averiguar qué ha pasado.
Efectivamente el lateral derecho del motor está cubierto de gotas de aceite, y tras una detenida inspección se verifica que la fuga procede de el tubo de los empujadores, está forzado y por ahí sale el fluido.
Tras desmontarlo se encuentran con la varilla del empujador doblada, forzando el tubo que lo cubre y creando un punto por donde se sale el aceite.

Le comunican al cliente que ésto se debe a un fallo de fabricación, para solucionarlo rápidamente le instalan un kit de varillas ajustables e hidráulicos nuevos (por si acaso), y tras comprobar que todo funciona correctamente se le vuelve a entregar la moto al cliente.

Al día siguiente vuelve a aparecer la moto en el taller, esta vez en grúa, con el mismo problema. La presión se cierne sobre los mecánicos, que vuelven a encontrar la varilla nueva doblada otra vez. Deciden abrir el motor, y tras analizar todos los componentes a conciencia se encuentran con una válvula gripada en su alojamiento, que había provocado que la varilla se doblara.

Ahora están seguros de haber dado con la causa del problema, como la moto está en garantía piden una nueva culata a fábrica para evitar más problemas.
Satisfechos con la reparación entregan la moto una semana después, con cierto alivio.
Pero nadie dijo que la vida fuera fácil: la grúa vuelve al día siguiente, con la moto perdiendo aceite y el cliente muy enfadado, exigiendo una solución. Tras desmontar la culata nueva otra vez se encuentran con la varilla doblada y la válvula gripada... en la nueva culata???
Para acortar la historia diré que tras muchas pruebas y desmontajes se pudo verificar que el motor había salido con un defecto de fábrica: no se había taladrado el orificio de salida de aceite de uno de los balancines, lo que causaba que no pasara aceite para lubricar el vástago de la válvula;

ésta se gripaba ligeramente, hacía que se doblara la varilla del empujador, que forzaba el tubo que le sirve de cubierta y salía aceite por el motor.

Se reemplazó el balancín defectuoso (la verdadera causa), junto con una nueva guía de válvula, válvula, varilla, juntas... y el motor vivió feliz para siempre.

El problema
Para poder solucionar un problema es importante entender su definición:
“Un problema es una situación que se ha desviado de la normalidad debido a una causa determinada. Si encontramos esta causa hemos de corregirla con una solución y la situación volverá a la normalidad.”

En el ejemplo anterior los mecánicos estaban actuando con soluciones enfocadas a corregir el problema (o mejor dicho los síntomas que éste causaba), pero no actuaban sobre la causa, por lo que el problema se repetía.

El diagnóstico
La función que define a un buen mecánico, médico, político, director de multinacional, soldado, jadinero... en la ejecución de su trabajo es la capacidad de aportar soluciones que corrijan la causa de los problemas o retos que se le presentan. Lo más importante a la hora de encontrar esta solución es poder diagnosticar correctamente cuál es el origen o la causa que convierte una situación en algo que se desvía de lo esperado.

El diagnóstico requiere conocimientos, estudio de los síntomas, mediciones, comprobaciones y desarrollo de diferentes soluciones hasta obtener la más acertada, apoyándose en la experiencia.

La moraleja
El ser humano posee una capacidad innata para solucionar problemas y también para crearlos. La experiencia acumulada y nuestra capacidad de análisis es lo que determinan que actuemos sobre la causa de los mismos o que simplemente intentemos corregir los síntomas.
Así que ya sabes, la próxima vez que tengas un problema en tu vida... piensa como un mecánico y busca la verdadera causa del mismo.

Frank Burguera

#mecanicaharley