Instalación de puños calefactables para Harley-Davidson
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Muchas veces, cuando bajan las temperaturas, el placer de rodar en moto se convierte en sufrimiento debido al frío. Uno de los remedios que podemos poner es instalar unos puños calefactables, que nos proporcionarán calor en una de las partes del cuerpo más expuestas mientras conducimos, nuestras manos. La capacidad de mantener nuestras extremidades un poco más calientes, además de aumentar el confort, va a añadir seguridad y precisión a la hora de acelerar, frenar y utilizar el embrague.
En el mercado existen diversos kits de puños térmicos o calefactables, es importante elegir un artículo de calidad (al trabajar con electricidad, mejor que sean eficientes y seguros) y que se adapte perfectamente a nuestro modelo de moto. Prácticamente todos los sistemas funcionan de manera similar: van conectados directamente a la batería, protegidos por un fusible, y la electricidad se convierte en calor porque dentro de cada puño el cableado se convierte en un fino bobinado que funciona como una resistencia, que se calienta cuando la corriente empieza a pasar a través del mismo.
Muchos dispositivos incorporan también algún sistema de control térmico , para modificar la temperatura de funcionamiento de los puños. Generalmente se trata de resistencias variables o potenciómetros que podemos girar en un sentido u otro para conseguir mayor o menor temperatura. Al mismo tiempo también funcionan como interruptor, permitiendo el apagado total de los puños.
Vamos a proceder a la instalación de unos puños calefactables para Harley-Davidson con acelerador convencional, en modelos desde 1973 hasta la actualidad.
Para comenzar desmontaremos los puños antiguos siguiendo el manual de taller de nuestro modelo. Para ello aflojaremos los tensores de los cables de acelerador y retorno y extraeremos el puño derecho. Para el puño izquierdo quizás necesitemos utilizar algo de fuerza, o incluso cortarlo, ya que vienen pegados al manillar con una cola especial muy resistente.
Introducimos entonces el puño calefactable de acelerador en el manillar y volvemos a montar los cables de acelerador y comprobar que todo funciona bien. Este puño tiene tres cables eléctricos en su extremo que han de pasar por el interior del manillar hasta el otro lado. Para pasarlos podemos ayudarnos atando un trozo de alambre a los cables y tirando suavemente.
El puño izquierdo tiene también tres cables que simplemente conectaremos con los extremos del cable de color correspondiente que salen por el manillar.
Seguidamente introducimos el puño en el manillar, poniendo antes un poco de adhesivo especial para puños, y cerramos la carcasa de interruptores que sujeta el extremo del mismo. De este puño izquierdo sale un cable que tenemos que llevar junto al resto de los cables originales por el manillar, bajo el depósito y hasta la batería.
Después de desconectar el cable negativo de la batería como medida de precaución conectaremos los extremos del cable de los puños calefactables a la batería y a masa, siguiendo las instrucciones del fabricante, que pueden variar un poco dependiendo del año y modelo de la moto.
Volvemos a conectar la batería y montamos todo de nuevo.
Ha llegado el momento de comprobar si todo funciona correctamente. El puño izquierdo tiene un interruptor giratorio (con un saliente para que podamos operar incluso con los guantes puestos) con varias posiciones de calor (bajo, medio y alto). Lo ponemos a temperatura máxima, y tras unos minutos deberíamos notar que ambos puños comienzan a calentarse (a veces uno se calienta más que otro hasta que alcanzan la temperatura de funcionamiento, es normal).
Nosotros hemos medido la temperatura máxima con nuestro termómetro de infrarrojos, y nos ha dado 60,5 ºC, una temperatura óptima para ser utilizados incluso con gruesos guantes de invierno.
Generalmente este es un accesorio al que no se le da mucha importancia, o que parece demasiado “refinado” para los duros motoristas que ruedan al viento, impasibles ante la climatología. Pero cuando se lleva instalado y llega el invierno nos preguntamos cómo no se nos había ocurrido montarlo antes. Ride hard… but warm!
Frank Burguera